“No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy” o “el dinero no crece de los árboles”. Casi con total seguridad, la primera persona que inculcó en nosotros la idea de ahorro, prudencia o planificación sea una madre. Con motivo del Día de la Madre, queremos rendir un homenaje a esas pequeñas lecciones ‘financieras’ que, una y otra vez, nos brindaron nuestras madres en su refranero de cabecera.
A lo largo de toda la crianza, y a través de sus coletillas y expresiones -a las que, no nos neguemos, muchos hacíamos oídos sordos- las madres han dejado en nosotros un poso de sabiduría financiera. Unas lecciones que quizá no abrazamos a la primera (ni a la segunda, ni a la tercera…) pero que son un regalo.
Hoy no hablamos de conceptos como inflación, tipos de interés o TAE, sino de lecciones y aprendizajes contenidos en refranes, muletillas y expresiones que, repetidas por nuestras madres hasta la saciedad (y, dicho sea de paso, no sin razón), surtieron su efecto.
Este es un pequeño tributo a todas las madres y el incalculable valor de sus enseñanzas:
El dinero no crece de los árboles
De primero de finanzas. Las madres han sido nuestros primeros ‘bancos’. Nos asomábamos a la ventanilla (es decir, su bolsillo o su insondable cartera llena de recovecos) con la mejor de nuestras caras y argumentos y… ¡voila! Gracias a esta frase aprendimos que el dinero tenía un ‘precio’ y no crecía de la nada, ni mucho menos de los árboles.
El que ahorra siempre tiene
Otra lección de manual. Si alguien tiene la disciplina y el hábito de ahorrar dinero, aunque aparentemente no sea mucho -pero sí regularmente-, contará con más recursos en el futuro. Dicho de otra manera, el ahorro es una herramienta clave para construir riqueza y seguridad financiera a largo plazo.
El que algo quiere, algo le cuesta
Para conseguir lo que deseamos necesitamos hacer un esfuerzo y eso tiene un coste. En otras palabras, los objetivos (aquello que queremos o anhelamos) no se logran por arte de magia (excepto si vienen Los Reyes). Esto puede significar invertir tiempo, dinero, energía… pero no hay atajos.
Más vale prevenir, que curar
Una oda a la prudencia y la anticipación, capacidades que nos alertan del peligro o del riesgo que conlleva una acción. La lección no admite dudas: es mejor tomar medidas preventivas para evitar problemas o situaciones negativas que tener que lidiar con las consecuencias y tratar de solucionarlas después.
No hay mal que por bien no venga
¿Puede una situación negativa o desafortunada derivar u ofrecer algo positivo o beneficioso? La respuesta es sí, siempre y cuando se aprenda del error. Una caída en bici es algo negativo, pero puede enseñarnos a ser más cautos y a utilizar antes los frenos. Su traducción en idioma adulto podría ser: toda crisis esconde una oportunidad.
El que mucho abarca poco aprieta
O lo que es lo mismo, hay que poner foco. Si pretendemos hacer demasiadas cosas al mismo tiempo, nuestra atención disminuirá y tendremos más posibilidades de no terminar o no tener éxito en ninguna de ellas. Una frase que nos habla de la gestión del tiempo y la priorización de tareas.
Si tus amigos se tiran por la ventana, ¿tú también te tiras por la ventana?
¡Bonus track! ¿Seguir a los demás, por muchos que sean, es una buena idea? La respuesta es no, y menos si no se tienen en cuenta las consecuencias o los riesgos. Esta expresión (válida, por poner un ejemplo, para cualquiera que haya invertido en criptomonedas) nos recuerda la importancia de tomar decisiones propias, analizar los pros y contras y asumir las consecuencias. Que lo haga todo el mundo, no implica que sea una buena idea.
La avaricia rompe el saco
Alerta para aquellos que no tienen nunca suficiente o no distinguen entre necesidad y capricho. Lo mismo para quien se deja llevar por compras compulsivas. Para que el saco no se rompa -y hacer el mejor uso de lo que hay dentro de él- cuando somos adultos lo más inteligente es recurrir al asesoramiento financiero por un profesional certificado que que nos facilite información, herramientas y consejos. Consulta el buscador de asesores financieros certificados en: www.efpa.es