2023 ha sido el año de las Letras del Tesoro. Los inversores particulares siguen mostrando un firme interés por la compra de deuda pública, que ha registrado un año de récord. Aunque ha ido de más a (un poco) menos, su evolución no deja de ser espectacular en un año marcado por la persistente inflación y el alza de los tipos de interés, de alguna manera, ‘claves’ de su éxito.
El año 2023 empezó con colas en las puertas del Banco de España. En pleno mes de febrero, decenas de personas aguardaban turno en busca de una relatividad a prueba de sustos. ¿Dónde? En las Letras del Tesoro, percibidas a lo largo de todo el ejercicio como un valor refugio para no pocas familias españolas. ¿Qué les depara en 2024?
Según los últimos datos publicados por el Banco de España, los hogares y las instituciones no financieras han incrementado notablemente su participación, pasando de una cuota del 0,1 % en septiembre de 2022 a casi el 30 % en septiembre de 2023, un boom que explica las continuadas caídas de la web del Tesoro y los problemas para obtener cita previa. En total, los españoles han superado los 28.000 millones de euros en 2023, respecto los 99 millones de 2022, con una participación de las familias que se ha multiplicado por 216, según cifras oficiales del Banco de España.
¿Qué son las Letras del Tesoro?
En una Letra del Tesoro es el inversor el que presta dinero al Gobierno para su financiación a cambio de una rentabilidad que se conoce de antemano, fija y estable. Es decir, establecida en el momento de la emisión (a 3, 6, 9 y 12 meses), por lo que, al tratarse de valores a corto plazo, las variaciones de su precio en el mercado secundario suelen ser, por lo general, bastante reducidas. Además, el emisor es el Gobierno del país en particular, lo que su solvencia y capacidad de pago son consideradas como altas.
Tal y como recoge Xataka, “en 2023 sus rendimientos han llegado a superar la marca del 4%, situándose en la última subasta en 3,7%. Todo comenzó cuando el Banco Central Europeo comenzó a elevar los tipos de interés entre agosto y septiembre. Fue entonces cuando la rentabilidad de la deuda española de corto plazo pasó de situarse en terreno negativo (en el que estaba desde 2015) a convertirse en una forma de retribución para los inversores. Desde entonces, y a medida que la institución iba decretando más aumentos de los tipos de interés, la rentabilidad ofrecida por las letras siguió subiendo”.
Letras para mantener el poder adquisitivo
El medio digital recoge las declaraciones que Josep Soler, consejero ejecutivo de la Asociación Española de Asesores y Planificadores Financieros (EFPA) realizó para La Vanguardia. “Es lógico apostar por colocaciones que tengan un rendimiento que permita como mínimo mantener el poder adquisitivo”, comentó, en referencia a unos incrementos del IPC que no dejan de arañar los ahorros de las familias.
Soler apuntaba también que la deuda pública está siendo una buena colocación para los ahorradores conservadores: “A diferencia de lo que ocurre con los activos de renta variable, en la renta fija el inversor sabe de antemano la rentabilidad que conseguirá en un plazo determinado. Y dentro de esta tipología de productos de inversión, es la más segura siempre y cuando esté respaldada por países que tengan un rating elevado, como es el caso de España“.