Cada año, el fenómeno del Black Friday despierta una fiebre de consumo en millones de personas alrededor del mundo. Descuentos masivos y ofertas aparentemente irresistibles llenan los escaparates físicos y digitales, prometiendo ahorros significativos. Sin embargo, detrás del entusiasmo generalizado, se esconde un desafío psicológico que afecta nuestras decisiones financieras: el sesgo del descuento. Este sesgo, estudiado en profundidad en las finanzas conductuales, puede influir negativamente en nuestras finanzas personales si no lo identificamos y gestionamos adecuadamente.
El sesgo del descuento: ¿qué es y cómo opera?
El sesgo del descuento es una inclinación cognitiva que lleva a las personas a sobrevalorar el ahorro inmediato, incluso cuando no representa una necesidad real o una ganancia significativa a largo plazo. Esto ocurre porque, desde un punto de vista evolutivo, nuestro cerebro está programado para responder de manera más intensa a recompensas inmediatas que a beneficios futuros.
En el contexto del Black Friday, este sesgo es potenciado por varias estrategias de marketing que explotan nuestras debilidades cognitivas:
- Anclaje de precios: Las etiquetas de “antes y ahora” nos hacen percibir el precio con descuento como una oportunidad única, incluso si el precio original fue inflado previamente.
- Escasez percibida: Términos como “oferta por tiempo limitado” o “quedan pocas unidades” activan un sentido de urgencia, impulsándonos a comprar de manera impulsiva.
- Prueba social: Ver a otras personas participando en las compras masivas refuerza la idea de que las ofertas son valiosas y no deben ser desperdiciadas.
Consecuencias del sesgo del descuento en las finanzas personales
Aunque algunas ofertas del Black Friday pueden ser verdaderamente ventajosas, muchas compras se realizan sin una evaluación cuidadosa de su utilidad o impacto financiero. Esto puede llevar a:
- Endeudamiento innecesario: Muchas personas recurren a tarjetas de crédito o financiamiento para adquirir productos que realmente no necesitan, acumulando deudas con altos intereses.
- Compras impulsivas: El sesgo del descuento fomenta adquisiciones basadas en la emoción, lo que a menudo resulta en la compra de artículos que terminan infrautilizados o abandonados.
- Percepción errónea de ahorro: Ahorrar 50 euros en un producto que no se necesita no es un ahorro real; es un gasto innecesario.
Cómo mitigar el impacto del sesgo del descuento en el Black Friday
La educación financiera y el autocontrol son herramientas esenciales para contrarrestar el sesgo del descuento durante eventos de consumo como el Black Friday. Algunas estrategias prácticas incluyen (puedes ampliar información aquí):
- Establecer un presupuesto previo: Definir un monto máximo a gastar y ceñirse a él evita el gasto excesivo.
- Crear una lista de necesidades: Identificar de antemano los productos necesarios ayuda a diferenciar entre compras útiles y caprichos momentáneos.
- Comparar precios con anticipación: Usar herramientas de comparación de precios asegura que las ofertas sean auténticas y no manipuladas.
- Evitar el crédito para compras impulsivas: Si se utiliza una tarjeta de crédito, debe ser con la certeza de que el saldo podrá liquidarse sin incurrir en intereses.
El papel del asesor financiero en Black Friday
Los asesores financieros tienen un rol clave en educar a sus clientes sobre cómo evitar decisiones precipitadas durante eventos como el Black Friday. El Black Friday no es intrínsecamente perjudicial para las finanzas personales, pero sí puede serlo si se deja a merced de sesgos cognitivos como el sesgo del descuento, de ahí la importancia cada vez más acusada de las finanzas conductuales. “Un profesional puede ayudarnos a diseñar un plan realista que contemple nuestras prioridades financieras a medio y largo plazo, sin dejar de lado la flexibilidad para disfrutar de eventos como el Black Friday“, explicaba Andrea Carreras-Candi, directora de EFPA España, en el Diari de Tarragona.
El objetivo no es privarnos del consumo, ni de un capricho de vez en cuando, sino hacerlo de manera planificada y alineada con nuestras posibilidades.Reconocer este fenómeno y aplicar estrategias basadas en las finanzas conductuales puede transformar este día en una oportunidad para tomar decisiones de consumo más inteligentes y alineadas con el bienestar financiero a largo plazo.