Con motivo de la llegada de EFPA Congress (Málaga, 25 y 26 de abril), seguimos con una serie de Tribunas firmadas por algunos de sus protagonistas más destacados. En este caso, la que publica José Antonio Pérez Muriel, delegado Territorial del Comité de Servicios a Asociados de EFPA España en Andalucía Oriental. Moderador de uno de los talleres programados en la agenda del congreso, Pérez Muriel escribe en Tiempo de Inversión sobre el perfil de ahorrador español, un artículo que compartimos íntegramente.
La teoría económica define el ahorro como la diferencia entre la renta disponible y el consumo. La Real Academia de la Lengua define ahorrar como reservar una parte de los ingresos ordinarios o guardar dinero como previsión de los ingresos futuros. Con lo que parece claro que, si de nuestros ingresos restamos nuestros gastos, lo que nos queda está disponible para el ahorro.
Distinguimos también entre ahorro e inversión, considerando está última como el flujo de nuestro dinero ahorrado que se destina a adquirir un bien que nos va a permitir generar ganancias.
El ahorro en la historia ha evolucionado mucho. En la antigüedad se ahorraba con sal, grano o todo tipo de bienes que aseguraban el futuro a corto plazo en el caso de necesidad. Desde la aparición del dinero han sido diversas las formas de ahorrar y de almacenar ese ahorro. La realidad es que siempre ha estado presente en la evolución de la humanidad. El ahorrador trata de preservar su capital por todos los medios y rehúye de cualquier posibilidad de riesgo.
Ahorrador ante la inflación
Si hay un factor que le afecta directamente es la inflación. Tradicionalmente se han buscado fórmulas que permitan mitigar el efecto negativo de la inflación sobre el ahorro. Sin embargo, en épocas como la que estamos viviendo actualmente, en que la inflación sigue en niveles altos, el ahorrador se sigue dirigiendo hacia posiciones más conservadoras buscando sobre todo preservar el capital. El ahorrador de perfil conservador sigue optando por depósitos a plazo, fondos de inversión garantizados o productos vinculados a seguros con una rentabilidad garantizada. La cuestión es que con este tipo de productos es imposible batir la inflación y, aunque no lo queramos ver, nuestro dinero sigue perdiendo valor.
Al hilo de lo comentado anteriormente, se ha visto una tendencia clara de volver hacia productos muy conservadores, pero también se está comprobando una vuelta a la inversión inmobiliaria y a productos de renta fija como es el caso de las letras del tesoro. Eso se deduce de un reciente estudio realizado por EFPA España entre 500 profesionales del sector financiero.
Es cierto que en los últimos años se viene observando una mejora en la formación financiera de los ahorradores y eso ha permitido que cada vez se conozca un poco más productos como los fondos de inversión. A medida que se han ido familiarizado con ellos, van percibiendo como son la mejor alternativa para mantener un ahorro a medio/largo plazo y conseguir batir a la inflación. Es cierto que aún sigue habiendo ahorradores con aversión absoluta a todo lo que no sea el depósito tradicional, pero como he dicho anteriormente, el camino es la formación, experiencia y asesoramiento.
Ahorro para ‘imprevistos’
Cuando se producen situaciones como las que vivimos en la actualidad, donde los tipos de interés son altos y el coste de las hipotecas sigue elevándose, hay ahorradores que también optan por aportar parte de sus ahorros a reducir deuda, más aún si están dentro de los que pueden deducirse fiscalmente esas amortizaciones.
Del “VIII Barómetro del Ahorro” del Observatorio Inverco se deduce que más de la mitad de los ahorradores españoles tiene una menor capacidad de ahorro debido como decíamos a los efectos de la inflación, no solo porque la renta disponible de las familias es menor sino también por el hecho de que las subidas de tipos han perjudicado a los ahorradores que a su vez tienen préstamos.
Como motivación principal para el ahorro está a la cabeza el contar con un remanente para imprevistos. El ahorro destinado a completar nuestros ingresos tras la jubilación no parece prioritario.
Entre los factores más valorados por los ahorradores, para tomar la decisión final de ahorro se encuentran la seguridad y la confianza y siguen prefiriendo su asesor financiero como forma principal para obtener información.
Me quedo con esto último.