Ahora que iniciamos una nueva hoja en el calendario, la de febrero, ponemos la vista en el mes de enero. Un mes que tiene también su particularidad. Tras la época navideña, son múltiples los comercios que nos ofrecen rebajas en todo tipo de artículos: ropa, accesorios, complementos del hogar, etc., las cuales nos permiten aprovecharnos de ciertas gangas, descuentos en los precios y seguir consumiendo tras el Roscón de Reyes. Sin embargo, en los mercados financieros, las cosas acontecen de manera inversa.
Así, un descuento en los precios de los activos suele venir acompañado de escenarios de pánico vendedor y aumento de la volatilidad que, como he explicado otras veces, es el índice que mide el grado de incertidumbre a la hora de invertir.
Fíjense, por ejemplo, en el mercado inmobiliario y cómo en él el sentimiento o la percepción del riesgo suele ser distinto. Recuerdo que en la época post burbuja inmobiliaria en España, el principal problema a la hora de invertir lo constituía la falta de liquidez o la dificultad de acceso al crédito. En la inversión inmobiliaria es muy raro (a excepción de que sea por necesidad) que alguien venda un inmueble por debajo de su precio de compra. En bolsa, sin embargo, sí se produce esta situación, y cuando la incertidumbre toma el control de las decisiones de inversión, se producen ventas.
Crisis en los mercados: un hándicap
En las caídas de los mercados financieros, el principal hándicap es la posible recesión y las supuestas caídas que esta arrastra, y concretamente en renta fija, la posible quiebra del emisor de los bonos. Recuerden cómo en el inicio de la década anterior, hasta que se produjo el rescate financiero a la banca española, la prima de riesgo entre la deuda española y alemana se coló en nuestro coloquio habitual.
Todo el mundo, tanto profesionales del sector como el resto de la población, de una manera más o menos cualificada, tenían idea de “por dónde iba el tema”. Sin embargo, en esa época, allá por el año 2012, el freno a la inversión en bonos del Tesoro Español no fue el limitado acceso al crédito (cierto era que la economía estaba en recesión y las restricciones al crédito eran altas), sino que el principal obstáculo fue más el miedo a un rescate por parte de Europa a España, que la posibilidad real de compra. Hay que recordar cómo en aquel momento, el bono español cotizó al 7 % de rentabilidad, un nivel impensable unos meses antes.
2023 y rentabilidad en renta fija
Un resumen de esto, sin irnos tan lejos, lo pudimos experimentar durante el año anterior. Las bolsas subieron de media un 19 % y la renta fija probablemente ha dado la mejor oportunidad de inversión desde aquel 7% que acabo de comentar. En concreto, me refiero a la deuda española, y aunque en mercados nunca se puede decir “de esta agua no beberé”, todo apunta a que el ajuste al alza de los tipos de interés está llegando, o ha llegado ya, a su final. Ahora bien, durante el 2022 cuando la bolsa estaba cayendo, no vi compradores ávidos de consumo como sí vi el pasado fin de semana en los grandes comercios de Madrid y durante el año pasado. E incluso este año, la inversión en renta fija sigue ofreciendo dudas, aún a pesar de que el bono USA ha pasado de cotizar del 5% al 4% de rentabilidad.
Análisis del precio
Publiqué hace unos meses un artículo llamado “La onda de la renta fija”, y lo hice porque observé una pauta tendencial en el tipo de interés de la deuda USA a 10 años, similar a la que he visto en múltiples casos, analizando activos o índices de renta variable. Y me pareció una forma amena de explicar que, muy probablemente, los escenarios negativos para la renta fija ya estaban incluidos en el descuento del precio de los bonos. El bono USA a 10 años, como acabo de comentar, se pudo comprar al 5 % de rentabilidad y el español a 10 años, casi al 4 %. Otra particularidad más de los mercados consiste en que España se financia a tipos más bajos que Estados Unidos.
Como he comentado en otros artículos, una de las principales variables a analizar dentro del mundo de la inversión es el análisis del precio y su tendencia. Esta última nos indica la demanda y el momento de un activo, y en el análisis de los precios debemos interpretar en qué porcentaje está incluido el riesgo de invertir.
Subida de precios y mercados
Actualmente, en las economías desarrolladas, los mercados de renta variable mantienen el momento de inversión, y en los mercados de renta fija pienso que no está incluido totalmente el fin de las políticas restrictivas de los bancos centrales, lo que es positivo para el precio.
Sin embargo, los precios durante noviembre y diciembre del pasado 2023 subieron bastante, es decir, hubo una cierta euforia que acompañó el fin de año. La volatilidad de la bolsa está en mínimos, por lo tanto, la complacencia es alta. Esto nos debería conducir a cierta probabilidad de que durante esta primera parte del año podríamos ver caídas en el precio de los activos, y por consiguiente, que este descuento haga más atractivo el precio a la hora de invertir. Y como es lógico deducir, cuanto más bajo sea este, probablemente mayor sea la recompensa a obtener.
Es conveniente tener al lado a un asesor financiero que nos muestre las oportunidades de inversión, siempre de acuerdo al perfil de riesgo de la parte inversora, al igual que nos enseñan en los comercios las rebajas que nos deja el mes de enero