La colaboradora de la UOC y del Programa Finanzas Sostenibles de EFPA España, Eva Hernández, participa en un podcast del medio Finanzas.com en el que analiza el concepto de la doble materialidad, un término que debería conocer cualquier persona interesada en la inversión socialmente responsable.
La experta parte del concepto greenwashing en las inversiones, que consiste en vender algo como si fuese sostenible cuando en realidad no lo es.
Finanzas sostenibles y greenwashing, ser o parecer
La ponente explica que: “Cada vez hay menos greenwashing en Europa por el efecto que está teniendo la regulación europea. En 2018, la UE lanzó un ambicioso plan de acción de finanzas sostenibles que está cambiando la industria de la inversión porque el plan afecta a todas las áreas de la cadena de valor de la industria. El plan empieza por las empresas, que van a tener que reportar mucho mejor sus datos de sostenibilidad en consonancia con la nueva directiva de reporte de sostenibilidad que acaba de entrar en vigor”.
Hernández prosigue: “El plan sigue con la industria financiera y su reglamento de divulgación de finanzas sostenibles, que entró en vigor en dos fases. En la primera fase las empresas de inversión tuvieron que clasificar sus fondos según las características de sostenibilidad. El último eslabón del plan es la modificación de la normativa MiFID II en 2022, según la cual se debe preguntar al inversor sobre sus preferencias de sostenibilidad”.
Eva continúa diciendo que es imprescindible saber diferenciar muy bien entre las diferentes estrategias en la inversión sostenible, ya que estas indican diferentes niveles de compromiso con la sostenibilidad por parte del gestor. La ponente añade que: “La parte más comprometida de la inversión sostenible es la inversión de impacto, es decir, cuando en realidad sí buscamos tener un impacto medioambiental o social y lo queremos medir”.
Tesla, caso paradigmático
Según la colaboradora, Tesla es el caso paradigmático porque en términos medioambientales es claramente una inversión sostenible porque estamos promocionando vehículos eléctricos, pero sus prácticas sociales no son tan buenas. Hernández dice que: “los aspectos sociales, con algunas pequeñas excepciones, al ser muy cualitativos son mucho más difíciles de medir que los aspectos ambientales”. Por esta razón, la docente aclara que hay tanta variabilidad en las agencias de calificación de sostenibilidad en términos de correlación entre ellas, porque cada una de ellas mide cosas diferentes y sus valoraciones también son diferentes. Sus calificaciones y ratings tienen mucha menos correlación que por ejemplo los ratings de deuda. Denomina a esta situación “caja negra” porque hay que pagar para tener esas calificaciones y porque la metodología no está clara.
La doble materialidad, el concepto
Hernández, respecto a la materialidad, explica que es un concepto muy importante porque a la hora de invertir en una empresa en primer lugar tenemos que ver desde el punto de la sostenibilidad que aspectos son materiales. La materialidad financiera es un tema de riesgo financiero, que se refiere a qué aspectos relacionados con la sostenibilidad pueden tener un impacto negativo en nuestras cuentas, porque pueden llevarnos a sufrir a pérdidas financieras.
En cambio, cuando miramos el impacto de nuestras inversiones en el medioambiente o la sociedad, hablamos de doble materialidad porque, por un lado, miramos la materialidad financiera, pero, por otro lado, miramos la materialidad medioambiental y/o social. A la hora de invertir en determinados productos hay que ver sus tripas, porque no todas las calificaciones de sostenibilidad, ni en todos los métodos de reporte de sostenibilidad, consideran la doble materialidad, expone Eva Hernández.
Finanzas sostenibles, puntos de fricción
Eva comenta que: “La regulación europea está basada en la doble materialidad. Esto supone un punto de fricción entre los reguladores europeos y cómo lo miran en otros países como Estados Unidos. Muchos de los servicios de inversión ofrecidos por empresas americanas se centran solo la materialidad financiera. En Estados Unidos, el tema de la sostenibilidad genera mucha controversia entre las diferentes posiciones políticas que hay en el país, puesto que algunos estados, especialmente los que se dedican a industrias de combustibles fósiles, son contrarios a la inversión sostenible”.
Finalmente, la entrevistada hace referencia a los fondos verdes o sostenibles y concluye diciendo que: “En el reglamento de divulgación de finanzas sostenibles tenemos la clasificación de fondos. Los más comprometidos son los del artículo nueve que, si bien hay pocos, cumplen unos requisitos de reporte e información que nos dan cierta garantía de que ahí hay un impacto positivo”.