Uno de los consejos más importantes que he recibido e implementado a lo largo de mi vida profesional es la necesidad de mantener un alto grado de formación, algo que es bastante asequible de conseguir si uno siente pasión por lo que hace. Internet ha democratizado el acceso a las mentes y conocimientos más brillantes de cualquier materia. Pero saber más a veces implica entender menos lo que pasa a tu alrededor y la situación económica actual es, precisamente, muy compleja de descifrar.
Prácticamente todas las instituciones europeas abogan por que Europa camina hacia un fuerte parón económico, con riesgo de contracción del crecimiento en un escenario adverso, ligado a la extensión en el tiempo de la guerra en Ucrania y sus efectos perversos sobre los costes energéticos, especialmente para el invierno del año 2024. Los cuellos de botella en muchas industrias por una u otra razón siguen sin solucionarse -sirva como ejemplo los plazos de entrega desde vehículos hasta móviles de alta gama que superan el mes en el mejor de los casos-.
En definitiva, siendo un problema de oferta, a los europeos se nos ha disparado la inflación (en la Eurozona en noviembre superó el 10%) y el BCE, que sobre estimuló la economía con tipos cero durante un periodo prolongado de tiempo, ahora no deja de repetir que nos queda aún algo más de travesía de subida de tipos para controlar la inflación, incluso llegando a provocar una recesión en Europa (el Euribor cerca del 3% empieza a hacer daño a las familias). En cualquier caso, ni la tasa de desempleo ni los datos de calidad de activo del sector financiero anticipan los nubarrones que nos cuentan las autoridades políticas y económicas.
Entender, cada vez más difícil
En EEUU -como siempre- su economía va 6-12 meses por delante y ya la FED está hablando abiertamente de una desaceleración en el ritmo de subidas de tipos (lógico tras 4 subidas de 75 puntos básicos consecutivas registradas a finales de 2022) aunque sin despejar la duda del nivel de llegada, que todo apunta estaría entre el 4.5-5%. Existiendo problemas de oferta, las afecciones han sido menores en la economía americana y debemos buscar en la sobreestimulación de la demanda por parte del Gobierno y Reserva Federal la explicación para sus elevadas tasas de inflación. No anticipa nada bueno en este sentido las elecciones previstas en 2024 en EEUU o las que se celebrarán en España el año que viene dado que, como todos sabemos, hay mucho en juego y gastar es un recurso fácil para mantener al electorado subordinado.
Para los inversores, saber leer el partido cada vez es más difícil dado que la incertidumbre y factores exógenos para la cuenta de resultados de una compañía están disparados. Por eso, el segundo mejor consejo que hoy les puedo regalar es que elijan un buen asesor financiero formado en su entidad de confianza: caminar solo en estas aguas puede dejarnos literalmente helados.