Decía el poeta Antonio Machado que “Todo necio confunde valor y precio”. Una aseveración muy acertada dado que es fácil asimilar ambos términos como equivalentes, cuando en realidad corresponden a cosas muy distintas. Lo mismo sucede con otros dos términos que podemos fácilmente confundir pero que equivalen a realidades distintas: el dinero y la moneda.
Cogiendo primero el ejemplo de Machado: mientras que el precio es un dato objetivo y determinado, el valor es un dato subjetivo y propio de una persona concreta.
Por ejemplo, quizá una vivienda tenga un precio de venta de 100.000 €. En cambio, el valor que le otorga una persona que pasó allí su niñez es muy superior.
Vamos a explicar a continuación cuál es la diferencia entre el dinero y la moneda:
Qué es el dinero
El dinero se define tradicionalmente como el activo que cumple en una sociedad las siguientes tres funciones:
- Reserva de valor: permite mantener el valor a lo largo del tiempo y de forma estable.
Por ejemplo, si tenemos un inmueble y lo vendemos cobrando en oro, este oro nos permite mantener el valor generado en la venta durante años. - Medio de intercambio: permite su cambio directo por distintos tipos de mercancías, por lo cual tiene una gran utilidad.
Siguiendo con el ejemplo del oro, podremos en el futuro intercambiarlo por otros bienes de muy distinta naturaleza que podamos necesitar. Como una tierra rústica, herramientas, comida, etc. - Unidad de cuenta: permite determinar en una única unidad el precio de muy diversas mercancías en una economía.
Por ejemplo, podemos poner un precio en gramos de oro para mercancías muy distintas, consiguiendo que bienes dispares coticen en una misma unidad (en este ejemplo, en gramos de oro).
Hablamos de dinero cuando en una economía aparece un bien :
- Capaz de servir como reserva de valor
- Que sea usado por los ciudadanos como medio de intercambio
- Llegue a generalizarse el uso del mismo hasta llegar a ser la unidad de cuenta común para poner precio al resto de bienes de dicha economía
Matices a la definición del dinero
Como podemos apreciar, las tres funciones se cumplen de forma gradual. No es posible que se acepte de manera generalizada una mercancía como medio de intercambio, si antes no se ha demostrado su capacidad de cumplir la función de reserva de valor.
De la misma manera, sólo llegará a cumplir la función de unidad de cuenta, cuando previamente se haya aceptado de forma general en la economía dicha mercancía como medio de intercambio.
Por ello, la base necesaria para que una mercancía sea dinero es su capacidad de funcionar como reserva de valor.
Cómo saber si una unidad funciona como reserva de valor
Para ello, tienen que imponerse necesariamente los siguientes dos aspectos:
- Que dicha mercancía ostente un alto grado de liquidez, esto es, que pueda cambiarse con mucha facilitad a lo largo del tiempo.
- Mantenimiento de su valor relativamente estable en los intercambios a lo largo del tiempo.
Con estos dos puntos hacemos referencia a la teoría del dinero enunciada por el economista Carl Menger, que pivota sobre el concepto de liquidez.
La teoría del dinero de Carl Menger
Esta teoría se enuncia en base a que todo bien tiene en la economía siempre dos precios: un precio de compra (bid) y un precio de venta (ask).
Siendo bienes muy líquidos y con liquidez muy estable aquellos en los que existe de forma continuada en el tiempo una diferencia (spread) muy pequeña entre su precio de compra y su precio de venta.
Dicho de otra manera, los bienes que se pueden convertir en dinero tienen muy poca volatilidad. Ello, respecto a la evolución de la serie estadística del spread entre su precio bid y su precio ask.
Además, para que un material pueda convertirse en dinero, necesita tener un valor marginal constante.
Esto es, que su valor marginal decrezca menos que proporcionalmente cuando se añade una unidad adicional al stock existente de dicho bien.
Sabemos que la ley de utilidad marginal nos indica que la misma tiende a decrecer cuando se generan unidades adicionales. Por esto, se hace necesario que el valor marginal de las mercancías apenas varíe conforme aumente su cantidad. Como ha observado en sus trabajos el profesor Fekete:
El valor marginal de las mercancías que llegan a ser dinero es casi constante.
Por ejemplo, el oro, un metal resistente y duradero, que puede dividirse y forjarse, ha venido cumpliendo desde la antigüedad con estas características.
Conclusiones – Parte 1
Antes de pasar a la siguiente parte del artículo debemos aquí resaltar algo muy importante. Y es que el dinero se genera de forma espontánea en una economía.
Es decir:
Cuando los ciudadanos observan que un bien determinado cumple las funciones indicadas, tienden a utilizarlo como dinero.
Así ha pasado a lo largo de la Historia con el oro, la plata, los diamantes o la sal. Todos estos materiales han cumplido las funciones propias de lo que podemos denominar dinero. Por lo que podemos afirmar que el dinero deriva del mercado (convenio común) y no de una ley.
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